Con un sinfín de aventuras a sus espaldas, de Irán a la India, pasando por Asia, a sus 45 años una mujer llamada Ella Maillart se ha instalado, quizás contra todo pronóstico, en el pueblo de Chandolin. Su chalé «Atchala», situado en Déjo Vella 3961 Chandolin, se convirtió en su hogar de mayo a octubre, como un fotograma congelado que buscaba crear de vez en cuando entre dos escapadas al extranjero. Tras años de agitación, necesitaba encontrar un lugar, un chalet, una casa.

Un vino tan raro, tan preciado y producido en cantidades tan pequeñas que no se puede comprar, sino disfrutar -sólo in situ- ¡desde hace más de 130 años! Vino excepcional, el vin de Glacier es el único vino blanco suizo incluido en el patrimonio culinario de Suiza.

¿Quiere llegar a la cima? Tome el telesilla Tsapé hasta la cima de la estación, que se puede explorar tanto en verano como en invierno, con esquís o botas de montaña. Las pistas y los paseos son una delicia para los amantes del deporte y los visitantes, ya sean principiantes o experimentados.

Los picos de las montañas que se ven en Chandolin estuvieron antaño al mismo nivel que la tierra circundante. Tuvieron que pasar casi 100 millones de años para que el plegamiento gradual provocado por el movimiento de las placas tectónicas permitiera que estas parcelas de tierra rozaran las nubes. La proximidad del pueblo de Chandolin a la cumbre del Weisshorn, una montaña que se eleva hasta los 4.500 metros y rivaliza con el pico más alto de Suiza (Mont Rose, 4.634 m), es un encanto para los exploradores más experimentados.

El Museo de la Fauna de Chandolin se ha propuesto ofrecerle una visión general de los mamíferos y las aves de la región a través de una exposición didáctica. Desvíese hasta allí antes de emprender sus excursiones, ¡y saldrá con buen ojo para observar y dar nombre a las especies que se crucen en su camino!

¡El cielo se ve mejor en la montaña! Libre de contaminación lumínica y atmosférica, la inmensidad del cielo se revela sin pudor desde las alturas de Chandolin, a 2200 metros.

En Chandolin, está cerca del puente colgante más alto de Europa... ¡el puente colgante del Niouc! Este puente escarlata, también conocido como el «Puente de la Araña», une dos extremos de las gargantas del Niouc a unos 190 metros de altura, y se puede cruzar a pie por un vertiginoso vano de 200 metros. A mitad de camino, los más aventureros pueden probar el puenting (previa reserva).

Si desea coger altura y admirar el panorama, a 9 minutos en coche o 20 minutos en autobús, diríjase al punto de partida del funicular de Tignousa, en Saint-Luc. Una vez a bordo, subirá 500 metros en 4 minutos para aterrizar a 2180 metros y disfrutar de unas vistas espectaculares de los Alpes y el Val d'Anniviers.